Mixtapes: un recorrido por el arte contemporáneo colombiano a través del rap

Mixtapes: un recorrido por el arte contemporáneo colombiano a través del rap

Saltando matones, Juan Mejía & Wilson Díaz, técnica, collage y fotocopia a color, 1996.

La exposición Regrabado (Mixtape). Transiciones del arte en la Colección MAMM utiliza la metáfora del mixtape y los cambios tecnológicos paralelos para mostrar parte del arte contemporáneo y sus actores en Colombia en las últimas décadas del siglo XX. A través de un recorrido guiado por cuatro agrupaciones de Rap, el espectador es testigo de cambios sociales y culturales que ocurrieron en esta época. Sylvia Suárez, curadora de la exposición, explica que la muestra “es un corte sobre los acervos del museo, en el que convergen obras de más de 50 artistas, realizado a través de la metáfora del mixtape y a la luz de los cambios ideológicos y tecnológicos que tuvieron lugar en los años ochenta y noventa, debido al final de la Guerra Fría, la instalación del neoliberalismo a partir de la apertura económica de los años noventa y el desarrollo paulatino de la cultura asociada a internet.”

La exposición cuenta con obras que hacen parte de su colección, que empezó a formarse a partir de proyectos artísticos como el Salón de Arte Arturo y Rebeca Rabinovich y el 1er Coloquio de Arte No-Objetual y Arte Urbano. La muestra presenta trabajos de Jaime Iregui, Juan Mejía y Fernando Uhía, profesores del Departamento de Arte.


La muestra tiene 4 núcleos, 4 “vectores transicionales” o 4 canciones de rap de Medellín que se graban en el mixtape imaginario que es la banda sonora de la muestra.

El silencio es mío (Métricas frías)
Transición 1: Desjerarquización

El abandono del lenguaje alegórico fue un proceso esencial en la consolidación de las prácticas artísticas contemporáneas. En vez de cifrar su poética en la búsqueda de las figuras simbólicas, los artistas fortalecieron en sus obras la contigüidad y la yuxtaposición con lo real.


No te preocupes por mí (Crudo Means Raw, Lianna, Mañas, Vic Deal)
Transición 2: Decadencia de los géneros

En las últimas décadas del siglo XX, el crecimiento y la transformación imparable de las ciudades, por una parte, y una cultura de consumo cada vez más amplia y diversa, por otra, transformaron profundamente la construcción identitaria. El efecto de esta transformación, fue la ruptura de las unidades modernas de subjetivación como la familia, la profesión, la religión y la nacionalidad.


El último orador (Anyone/Cualkiera)
Transición 3: Desmitificación de la historia

El fin de la Guerra Fría, anunciado apoteósicamente con la caída del Muro de Berlín en el 89, en Colombia tuvo como correlato el “escalamiento y degradación” del conflicto armado. El lugar de las imágenes en la representación del conflicto, en los procesos de documentación, historización y construcción de la memoria, ha sido por sí misma un campo minado.


No está en venta (Alcolirykoz)
Transición 4: Crisis y evolución del sistema (del arte)

Desde los años 60, la gráfica demostró ser uno de los ámbitos más prolíficos de experimentación artística en torno a la transformación del “contrato social del arte”. El deseo de rebasar la brecha cultural entre el arte y el público, abierta por una institucionalidad cerrada y elitista, llevó a muchos artistas a experimentar con las gráficas por su precariedad, reproductibilidad, versatilidad y por los vínculos que permitía establecer con otros mundos y usos de la gráfica como el diseño, la publicidad y hasta la esfera doméstica e íntima.

Proyecto Tándem de Jaime Iregui

Tándem en el MAMM. Las páginas de Conversaciones Tándem en la pared frontal. Las serigrafías del libro Tándem al fondo a la izquierda.

Jaime Iregui participa con el Proyecto Tándem que pone en diálogo los acervos del museo a través de una selección que permite observar algunos de los desplazamientos fundamentales en la consolidación del arte contemporáneo en Colombia a través de las últimas décadas del siglo XX.

Tándem fue un proyecto colaborativo que tuvo como objeto propiciar espacios de discusión a partir de conversaciones, publicaciones y exposiciones. Inició actividades en 1993 con la publicación de un libro con 18 serigrafías que plantean una reflexión pictórica en torno a aspectos estructurales como red, interrelación, autoorganización y complejidad. El Proyecto Tándem hizo un periplo tomando formatos y principios de asociación diversos que culminaron con la formación en el año 2000 de Esfera Pública. Este periplo incluyó, además del Libro Tándem (1993), las Conversaciones Tándem en torno a la muestra Lejos del Equilibrio (1994), la Revista Tándem (1995-1997), las Conversaciones Tándem en El Espectador (1994-1996), en colaboración con la periodista Olga Marín, el Archivo X (1996-1998), la exposición y espacio de conversación mediado por internet denominada Red Alterna (1995-1997), los espacios de discusión en internet Red Alterna y Momento Crítico (1997-1998).

Texto de Sylvia Suárez

Saltando matones de Juan Mejía & Wilson Díaz

Saltando matones, Juan Mejía & Wilson Díaz, técnica, collage y fotocopia a color, 1996.
Saltando matones es una serie de más de cien carátulas de la revista “Santo, el enmascarado de plata” intervenidas con fotografías y pinturas de Juan Mejía y Wilson Díaz.
Los artistas se insertan en la lógica de las historietas y se encuentran en diferentes escenarios de lucha con maleantes, monstruos y vampiros, combinando fotografías e ilustración de estilo surrealismo kitsch. En esta serie se apropian, intervienen e insertan en esas escenas, y presentan en plan irónico del imaginario machista y la violencia latinoamericana.

Interferencia # 45 de Fernando Uhía

Interferencia # 45, Fernando Uhía, esmalte doméstico sobre madera, 200 x 65 cms. 2008

La interferencia, la ausencia de señal, la señal hackeada, interferida por daños o insuficiencia técnica, representa la anticultura del presente. Los artistas de vanguardia eran vanguardistas por ser anticulturales, por oponerse al arte académico. Hoy, que las vanguardias han sido afortunadamente asimiladas por la cultura general y la han moldeado en algunos aspectos, no les queda a los pintores sino intentar interferir mínimamente dentro de la gran cultura mediática. Fernando Uhía lo ha hecho de dos formas: apropiando obras canónicas de la tradición occidental o usando esquemas de color modernista presentes en ropa deportiva o empaques mercantiles varios. La serie Interferencias parece no corresponder a ninguna de estas dos estrategias, sino que iniciaron futuras series (exhibidas en la galería Nueveochenta de Bogotá) donde los esmaltes logran ‘interferirse’ entre sí al azar mediante el uso indiscriminado de Varsol y chorreaduras (des)controladas. Así, las Interferencias son una gran alegoría de los días lejanos en que había una contracultura más efectiva visualmente, pero también de nuestra migración paulatina hacia la cultura digitalizada.

Las Interferencias fueron una miniserie (10) dentro de la gran serie de pinturas Technoesmaltes (78), pinturas ilusionistas en que las pequeñas marcas dejadas en los bordes de las franjas de color en el momento de su aplicación, la superposición de esas mismas franjas, la inexactitud con que el pigmento transita por la superficie y sus coloraciones deportivas, hacen de ellas un grupo de pinturas más engañosas que rigurosas. No se trata del viejo tema de la pintura ilusionista académica, del Trompe  L’oeil  naturalista producido por degradado y claroscuro, sino más bien de un tipo de ilusión materialista, generada en el tiempo después de una observación detenida. Es ahí que el orden en que se aplicaron las franjas de color y el cómo se lograron los terminados comienzan a ser inciertos, e incluso incómodos para quien observa.