En Lo curatorial. Una filosofía de la curaduría, queremos hablar de curaduría, sobre sus potencialidades y alcances, sobre los saberes que construye y los conocimientos que produce, de sus sociabilidades, colectividades y convivialidades. Queremos hablar de curaduría, sobre sus compromisos con ver, leer, hablar e intercambiar como formas de actividad pública, porque la curaduría ha buscado formas novedosas de crear instancias para las crisis de nuestro mundo en otras modalidades, de encontrar otras formas de participar en nuestras aflicciones actuales. Queremos hablar de curaduría, porque nos pareció ver una posibilidad anidada en sus protocolos, una posibilidad de otras formas de trabajar, relacionar y conocer. Desde el inicio, reconocimos la necesidad de distinguir entre la curaduría y lo curatorial. Si la primera es un espectro de prácticas profesionales que tienen que ver con montar exposiciones y otros modos de exhibición, entonces lo curatorial opera en un nivel muy diferente: explora todo lo que tiene lugar en el montaje, tanto intencional como no intencionalmente, de esta forma, se entiende como un evento de conocimiento. Por lo tanto, lograr una distinción entre ambos significa acentuar un cambio, de la puesta en escena del evento al evento real en sí mismo: su representación, dramatización y ejecución.