La importancia de participar musicalmente y el ensamble de músicas del Caribe de Los Andes
Por Ian Middleton, musicólogo y Profesor Asistente del Departamento de Música de la Universidad de los Andes.
Tendemos a pensar que la música se divide en ‘clásica’, ‘popular’ y ‘tradicional’ pero en la práctica, no nos sirven tanto estas categorías cuando miramos las actividades que las personas llevan a cabo alrededor de la música. Por ejemplo, hay músicos clásicos en la India que utilizan la improvisación virtuosa para rendir devoción a dioses hindúes o las músicas que interpretamos en el Ensamble de Músicas del Caribe desde la academia, que surgen principalmente de contextos rurales entre personas de escasos recursos y que están ligadas con tradiciones precolombinas. Pero, ¿eso las hace populares? ¿tradicionales? ¿nos sirven estas categorías para entender estas prácticas, o necesitamos otras?
Puede ser más útil pensar en términos de músicas ‘presentacionales’ (con una división entre músicos y público, en que los primeros buscan entretener de alguna forma los otros) y por otro lado, en músicas ‘participativas’ (donde idealmente no existe un público pasivo, sino el reto es involucrar a todos en hacer música – lo cual puede incluir bailar). Todo lo que tocamos en el Ensamble tiene su base en lo participativo y este contexto trae en sí unos valores sonoros distintos a lo presentacional. Por ejemplo, se valora la repetición y los ciclos, las formas abiertas sin un principio y fin predeterminado, la afinación amplia – no tan precisa o rígida – y los timbres distorsionados. Todos estos elementos ayudan a aumentar la posibilidad de involucrar más personas en la actividad de hacer música y la profundidad de su experiencia.
Históricamente la academia alrededor del mundo ha tendido a ignorar o excluir estas prácticas, pero desde los años 1950 se está incluyendo más, gracias en gran parte a la labor de los etnomusicólogos, folkloristas y el éxito de artistas en la escena del world music. El Departamento de Música de la Universidad de los Andes está comprometido a incluir cada vez más un rango más amplio de músicas, sin comprometer la excelencia en las músicas que han sido su enfoque hasta el momento. Esto responde a un gran interés de parte de los estudiantes para entender e interpretar deferentes tipos de música. Cabe resaltar la organización estudiantil Música y Tradición Uniandes que por más de cuatro años ha trabajado en pro de músicas colombianas y sus intérpretes. Asegurar la inclusión de músicas participativas, sin quitarle valor a las músicas más establecidas en la academia, me parece vital como contrapeso a las tendencias de la modernidad, hacia el individualismo y la alienación, y en el contexto de Colombia, para conectarnos con comunidades marginadas, sus maneras de ser y entender el mundo.
Ahora, cuando llevamos estas músicas participativas al escenario, obviamente se generan tensiones y decisiones difíciles. ¡Si se toca en tarima una canción ritual que dura toda la noche sin variar el patrón rítmico ni la melodía, cualquier público pasivo se aburre! Hay que negociar las fronteras entre lo participativo y lo presentacional. Con la música del Caribe colombiano hay una larga tradición de esta negociación lo cual se puede ver en las varias encarnaciones de los Gaiteros de San Jacinto (conformado originalmente para apoyar un conjunto de danza folclórica de Delia Zapata Olivella) y grupos más jóvenes que nacieron de los festivales como Gaiteros de Ovejas, cantadoras como Martina Camargo y Totó la Momposina, e incluso directores de orquestas como Lucho Bermúdez y Juancho Valencia. Buscamos situarnos con relación a estas tradiciones encontrando el equilibrio entre lo cíclico y los arreglos estructurados, la afinación precisa y los sonidos que convocan a la participación. Presentamos un producto pulido con cierta teatralidad y variedad sonora para entretener el público, sin dejar de lado que uno de nuestros retos centrales sigue siendo motivarlos a participar con nosotros a través del canto y el baile, para así disminuir las diferencias y jerarquías y aumentar la conectividad en todos sus sentidos.