Crónica de la calle 513.2 condensa en un microcosmos los años previos y posteriores a la Independencia mozambiqueña y se integra en un proyecto que concilia unidad en el campo del imaginario y experimentación en el plano formal. A este equilibrio, poco común en el escenario literario actual, se une la regularidad en la producción del autor. Nacido en 1955, João Paulo Borges Coelho tenía veinte años cuando Mozambique celebró la llegada de la Independencia; esta novela, publicada más de tres décadas después de la revolución, reconstruye aquel periodo con la distancia suficiente para deslindarse de la euforia e incidir en las paradojas que abriga toda temporalidad transitoria. La narrativa elige el escenario de la capital, Maputo, una ciudad aún poco explorada por la prosa mozambiqueña, y se centra en una experiencia colectiva que se vivió de manera intensa, entre otros lugares, en la calle del autor. Entre la euforia de una nueva perspectiva y la melancolía de los muros que se erigen con el pasar del tiempo, las relaciones presentadas en esta narrativa dan la medida de un momento histórico vivido con alegría, pero también con muchos sobresaltos.