Reflexión inicial

En estos dos años, mi principal tarea ha sido conocer a profundidad mi comunidad. En un principio, preocupada por la estrechez financiera y el síndrome de desgaste profesional y la apatía estudiantil mundialmente diagnosticadas en la pandemia, quise entender nuestras dinámicas transformarlas y aligerarlas. Dicho camino me condujo de la preocupación a la confianza, a la clara evidencia de que los desafíos que en ese momento identificaba para las artes y las humanidades se pueden trascender gracias a las nuevas relaciones que el humanismo del siglo XXI y la creatividad ya han tejido en la sociedad. Por ello más que intervenir, entendí que debo aprender y favorecer. En lo que sigue, encontrarán cifras que muestran los primeros resultados de esa nueva labor mucho más cooperativa que directiva:

PROFESORES DE PLANTA

Reflexión final

¿Cómo actuar e incidir en el estado de permanente crisis propio de las humanidades y las artes? Quizá, de manera reactiva, al comprender que las artes y las humanidades no están en crisis en sí mismas, por su impertinencia o inutilidad. O tal vez, de manera proactiva, trabajando en una comprensión posthumanista de nuestro quehacer, indispensable para abrir la noción de lo humano más allá del modelo clásico (anclado en lo biológico y racionalista), transitando hacia uno que incluya el entorno y la tecnología. En este escenario, nuestra pertinencia no puede ser mayor, somos los encargados de restructurar una educación cívica enfocada en una nueva sensibilidad, un nuevo pensamiento crítico y un espíritu de verdadera colaboración, educación en la que el arte tiene un rol protagonista. Estamos, pues llamados, a concebir una nueva academia, comprendida como un espacio abierto a la comunidad, como receptor y catalizador, más que como protagonista o agente. Trabajaremos en encarnar un espacio interdisciplinar real, profundo, en el que arte, humanidades y ciencias no se intercalan o yuxtaponen sino más bien indagan en su origen común en el trabajo de los primeros pensadores. Una colaboración que resignique nuestro sentido de humanidad.