No quiero un corazón dormilón | Maria Carolina Ardila en La Vitrina

Las dormilonas crecen como maleza, sin embargo, nunca una maleza fue tan frágil ni tan sensible. Las busqué y encontré al borde de la carretera y en la cercanía vi que lo que de ellas me cautivaba se tornaba en angustia. A cualquier sentir de peligro las dormilonas simulan su marchitar, cierran sus hojas y se apagan. No sabía que eso les quitaba energía y con ello vida. Ahora me duele tocarlas. Las amo, pero las veo perturbarse con mi proximidad, es un amor quebrado y desigual. Cuando las vi cerca de morir las quise acariciar, pero no pude. Quiero acariciarlas para que no mueran, pero mi caricia es su morir.
No es fácil vivir con una dormilona, pero tampoco lo es ser, lo sé porque me he sabido una, con un corazón que se cierra al contacto y pierde vida.
Esta matera con dormilonas es un corazón y esto que ven en la vitrina es una confesión de un corazón dormilón que se cansó de serlo.

Protocolo de entrada:

• El visitante debe llenar el formulario de ingreso con al menos 2 días de anticipación. Al finalizar la encuesta debe tomar un pantallazo de que ha sido finalizada.
• Para entrar a la Universidad le será solicitada su cédula de ciudadanía y el carnet de vacunación con el esquema completo.