Una profunda reflexión sobre lo que significa el exilio, específicamente para el escritor, el artista, el creador. Un mosaico de agudas cavilaciones sobre el destierro, la ausencia y el dolor.
La inmensa mayoría de los grandes escritores hispanoamericanos sufrieron esta condición: Miguel Ángel Asturias, Pablo Neruda, Gabo, Cortázar, Mario Benedetti, Juan Gelman, Álvaro Mutis, Luis Vidales, Jorge Zalamea, Juan Carlos Onetti, Rafael Alberti, y poetas como el turco Nazim Hikmet (que nunca pudo regresar a Turquía), el griego Yannis Ritsos, Thomas Mann, etc.
Y casi todos elaboraron sus mejores obras lejos del suelo natal. La obra más célebre de la literatura italiana, La Divina comedia, fue escrita por Dante Alighieri lejos de su Florencia natal, a donde no pudo volver jamás. Y es que el destierro agudiza la nostalgia y, por lo tanto, los sentimientos, lo que significa un estímulo permanente para el hombre de palabra.
Como lo expresó Nazim Hikmet, “duro oficio es el exilio”, estar bajo otro cielo, bajo lluvia ajena, pero a pesar de que los griegos consideraban el exilio como algo peor que la muerte, también llega a ser una dimensión fecunda para los auténticos creadores.
Jueves 27 de agosto, 6:00 p.m.
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