«Presa de bombardeos constantes y con una misteriosa epidemia de suicidios catalanes, la ciudad de Bogotá está en ruinas y “[e]l estado de conmoción interna, declarado cuando las torres del Bosque Izquierdo eran ya un montón de ruinas, sólo sirvió para incrementar los chistes crueles con que la gente paliaba la ineficacia y pusilanimidad del régimen”. El sustrato histórico —el gobierno de Gaviria y Bogotá presa de la edilcuencia de los políticos que la dirigen— sirve como base para crear una amalgama entre realidad y ficción que permite subvertir el discurso oficial y preguntarse acerca de la verdad que manejan aquellos que están en posiciones de poder.» Tomado del prólogo de Diego Cepeda